Es una buena idea si podemos degustar en invierno nuestra cosecha del verano o relamernos con nuestra recolección estival en el solsticio hiemal.
Para hacer conservas no se necesitan habilidades particulares, ni disponer de un material especializado.
Sólo necesitamos cuidado, afición, inventiva y un poco de cariño.
A principios del siglo XIX Nicolás Appert, industrial del Chalons -sur-Marne, inventó un procedimiento de esterilización de las conservas.
Con esta técnica de asepsia por calor húmedo, microbios, esporas, y bacterias son destruídas y preservadas del contacto del aire; y los alimentos se conservan casi indefinidamente.
La esterilización dura 1 hora para legumbres y frutas y 3 horas para carnes.
La temperatura del agua debe ser de 105 ºC ,por lo que añadiremos sal o cualquier otro producto que evite la evaporación a los 100ºC
Colocamos el producto en tarros herméticamente cerrados.
Mientras dura la ebullición del agua hay que evitar que los tarros entrechoquen envolviéndolos con trapos limpios.
Una vez esterilizados, se pueden tocar los tarros, hay que sacarlos del agua y dejarlos enfriar en un lugar fresco, al amparo de la luz, evitando el contacto con superficies frías, como el mármol.
JARABE DE MORAS
Escoger 1 Kg de moras maduras.
Lavar y hervir a fuego vivo con un vaso de agua.
Triturar y dejar enfriar.
Colar y pesar el zumo obtenido al que añadiremos una vez y media de su peso en azúcar
Hervir durante 5 minutos, removiendo constantemente.
Una vez frío, meter en botellas.
CONFITURA DEL SINGLE
Podemos utilizar todo tipo de frutas, salvo las fresas.
En un gran tarro, colocamos una capa de frutos ,según sea la estación, añadiendo cada vez su peso de azúcar y procurando que todo esté cubierto con orujo.
No hay que remover el contenido del tarro.
Se puede consumir 3 meses después de introducida la última fruta.
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