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Este espacio de reflexión

lunes, 30 de agosto de 2021

MAGDALENAS SANAS

 

MAGDALENAS      SANAS


INGREDIENTES


  • 2 Tazas de avena 
  • 2 Plátanos grandes
  • 2 Huevos grandes
  • 1 Taza de yogur griego
  • 2 a 3 Cucharadas de miel
  • 1 y ½ cucharaditas de polvo de hornear
  • ½ cucharadita de bicarbonato
  • ½ cucharadita de esencia de vainilla
  • 1 Pizca de sal
  • Chips de chocolate amargo, nueces o frutos secos (opcional)

ELABORACIÓN

  1. Precalienta el horno a 200 ºC. 
  2. Enmanteca una fuente o dispón moldes de papel para muffins en la bandeja.
  3. Pon todos los ingredientes (con excepción de los opcionales) en la licuadora. Procésalos hasta conseguir una masa homogénea y que los copos de avena se rompan.
  4. Agrega los chips de chocolate, las nueces o los frutos secos y mezcla con una espátula (no con la licuadora, para que no se rompan).
  5. Pon la masa en los moldes, pero con cuidado de no superar los ¾ de su capacidad, porque crecerán en el horno. Si quieres, decora con el chocolate, las nueces o los frutos secos.
  6. Hornea durante 15 minutos. Para que crezcan, es importante que evites abrir el horno durante la cocción. Cuando insertes un cuchillo en la masa y salga limpio, eso quiere decir que están listos.
  7. Saca la bandeja del horno, espera a que la masa se enfríe y desmóldalos.

martes, 24 de agosto de 2021

EXPLORADORAS EN AMÉRICA


Miles, que durante los siglos XVI y XVII partieron desde España con el rumbo incierto de las Américas.






MENCÍA CALDERÓN

Extremeña, comandó una expedición en la que viajaron unas cincuenta mujeres hacia Paraguay. 

Mujer de fuerte personalidad y fortaleza de espíritu, rasgos que caracterizaban a esas mujeres españolas que un día abandonaron su país para compartir con los hombres la gran empresa americana. 

Para poder entender su historia debemos remontarnos a la España Imperial del siglo XVI, siendo el Río de la Plata uno de sus territorios más distantes en su expansión en América, y de difícil control. En esa zona tan alejada se venían produciendo enfrentamientos por la ausencia de mujeres blancas, y para contrarrestar esta situación se necesitaban jóvenes solteras dispuestas a contraer matrimonio allí. 

Así, Carlos I puso en marcha una expedición en la que Juan de Sanabria, esposo de Mencía Calderón, tenía el cargo de Adelantado; debía preparar una Armada y trasladar a la ciudad de Nuestra Señora de Asunción a dichas mujeres.

Recayó en Mencía la difícil tarea de tantear y convencer a mujeres jóvenes solteras, procedentes de familias hidalgas extremeñas, que quisieran contraer un matrimonio ventajoso en América.

Para su desgracia, Juan de Sanabria muere por unas fiebres antes de emprender el viaje, ejerciendo ella de facto desde ese momento el papel de Adelantada (aunque por las leyes de la época sería su hijastro Diego de Sanabria quien heredaría el Título). Tenía 34 años, viuda y con tres hijos cuando nuestra protagonista Mencía abandonó España, partiendo de SanLúcar de Barrameda el 10 abril de 1550, con más de 300 personas, una armada de tres barcos y más de 50 mujeres a bordo «que representaban la posibilidad de cincuenta nuevos hogares españoles».

Lo que iba a suponer menos de un año se convirtió en un largo viaje de seis años, donde pasaron hambre, fueron atacados por piratas franceses, retenidos por portugueses y sufrieron bajas por culpa de las enfermedades antes de llegar a la ciudad de Asunción(a mediados de 1556).

Odisea de 5 años, recorriendo más de 1.600 km; teniendo estas mujeres un papel decisivo en la supervivencia de toda la expedición (cosían velas, cocinaban, y participaban en todas las actividades) y significando todas ellas esperanza, ilusión, y la posibilidad de una vida nueva para los hombres de Asunción.

El papel de Mencía fue esencial para cohesionar y mantener los objetivos del grupo de mujeres a lo largo de la expedición. El ejemplo de Mencía nos ofrece sin duda el semblante de una mujer valiente, adelantada a su época, aventurera, madre, esposa, compañera, líder, emprendedora y provista de grandes dotes de mando.


Su fascinante historia es la de muchas mujeres españolas que se preocuparon más de la colonización que de la conquista, siendo parte esencial en la evolución cultural y económica de la sociedad colonial, sentando las bases sociales y culturales de la gran gesta de la Hispanidad en el Nuevo Mundo, trasplantando allí su lengua y costumbres.



MARÍA ÁLVAREZ DE TOLEDO

Primera virreina de las Indias y gobernadora de la Española en ausencia de su esposo, Diego Colón, hijo de Cristóbal Colón.


CATALINA DE BUSTAMANTE

Primera educadora de América. 


ISABEL DE GUEVARA

Escribió a doña Juana, hija de los Reyes Católicos, contando las penurias que pasaron al llegar al Río de la Plata en lo que ahora se constituye como la primera epístola feminista del Nuevo Mundo. 

Hubo muchos hombres acompañados de sus familias al completo(la estirpe de criollos)

ANA LÓPEZ

(Sevilla, c.1500-Puebla de los Ángeles, 1570),Costurera.

Envió unas cartas al virrey de Nueva España (México) solicitando ayuda para el mantenimiento de las huérfanas que tenía acogidas en su casa. Ésta puso un taller de costura en Puebla de los Ángeles con permiso del virrey, pero el gremio de los sastres limitó el oficio de las costureras, porque éstas no tenían el mismo estatus social y estaban relegadas al ámbito doméstico.

Otra sevillana María de Pineda (Sevilla, primer tercio del siglo XVI, San Luis de Potosí, México, segunda mitad del siglo XVI). 

Administraba junto a sus hijos una fábrica de paños y tenía mano de obra esclava. Además, poseía crías de gusanos de seda y hacía paños. 


MARÍA DE ESTRADA

(Sevilla 1480-Puebla de los Ángeles (México), c. 1535)

Destacó por ser una mujer-soldado de las huestes de Hernán Cortés y fue cofundadora de Puebla de los Ángeles y Tetela del Volcán, en México. 

Bernal Díaz del Castillo la menciona como La Vieja, aunque tenía sólo unos 36 ó 37 años. 

Estuvo en todas las batallas con Hernán Cortés. Además, ella tenía el derecho de montar a caballo. 

La importancia de esta conquistadora es tan grande que aparece retratada a caballo en el Lienzo de Tlaxcala, en donde se plasma la matanza que realizó Cortés el 18 de octubre de 1519 de unos 5.000 cholultecas desarmados. Estos rendían tributos a los Tenochcas, la tribu dominante en el imperio azteca y enemiga de Cortés. 

Demostró su valor en la batalla de Otumba (1520), que ganó el ejército de Cortés y que fue decisiva para la conquista definitiva de México-Tenochtitlan en 1521.


MARÍA DE ANGULO

Andaluza, miembro de la expedición de Pedro de Mendoza al Río de la Plata y una de las fundadoras de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), en donde falleció en 1583. 


ISABEL BARRETO

Al contraer matrimonio en 1585 con el adelantado Álvaro de Mendaña que había descubierto anteriormente las Islas Salomón llevando como piloto y capitán de uno de los navíos al también conciudadano nuestro Pedro Sarmiento de Gamboa. 

Se embarcó con él en su segunda expedición, que tenía como objeto colonizar las mencionadas islas. No era muy habitual que las mujeres de los expedicionarios embarcaran con ellos, pero el hecho se explica por la propia finalidad del viaje, ya que ambos tenían la intención de quedarse a vivir en Salomón.

En este segundo viaje, iniciado el 20 de abril de 1595; Mendaña murió, dejando en el cargo al hermano de Isabel. Pero al poco el hermano de Isabel también murió, con lo que ella quedó como líder de la expedición.

No era una gran líder. Pedro Fernández de Quirós, piloto, fue el que consiguió salvar a todos, al hacerse cargo de los asuntos de navegación.

Los cargos que ostentaba eran los de gobernadora y adelantada, lo que le otorgaba el mando sobre todos los tripulantes, pero quien realmente capitaneó la singladura fue el propio Quirós.

No encontraron las islas Salomón y pasaron de largo hasta Filipinas. Esa circunstancia impidió a nuestra Isabel ejercer su cargo como gobernadora. Nunca llegó a serlo más que sobre el papel, y solamente durante algún tiempo, ya que con posterioridad la Corona entregó las Salomón al propio Fernández de Quirós.

Al poco de llegar a Filipinas, Isabel se casó de nuevo, esta vez con Fernando de Castro, sobrino del Gobernador de Filipinas, otro gallego. Pasó el resto de su vida pleiteando sin éxito por que se le devolviera su título de gobernadora de Salomón y se dice que acabó sus días en Galicia.



Bibliografía:

Eloísa Gómez-Lucena «Españolas en el Nuevo Mundo» (Cátedra), 

Ensayo histórico