Son ricos en vitamina C, vitamina A, y además poseen vitamina E, vitaminas B6, B3, B2, B1 y ácido fólico.
Entre los minerales que contienen los distintas variedades de pimientos se destacan el potasio en mayor proporción seguido por calcio, fósforo y magnesio.
El magnesio es bueno para el funcionamiento del intestino, nervios y músculo, forma parte de dientes y huesos, mejora la inmunidad y presenta un suave efecto laxante.
El fósforo al igual que el calcio y el magnesio juega un papel importante en la formación de los dientes y los huesos.
El potasio es necesario para la transmisión del impulso nervioso y en la actividad muscular.
Estimula el apetito.
Contiene antioxidantes que son capaces de bloquear los radicales libres que modifican al mal colesterol, ayudando así a reducir el riesgo cardiovascular y cerebrovascular.
Además, bajos niveles de antioxidantes son factor de riesgo para ciertos tipos de cáncer y enfermedades degenerativas.
El pimiento neutraliza la acidez gástrica. El pimiento dulce es estupendo para personas con afecciones de estómago e intestino.
La capsaicina, un componente característico en los pimientos variedad picante, presenta un doble efecto, de un lado tiene acción antibiótica natural bastante eficaz, de ahí que los alimentos preparados con guindillas se conserven mejor.
Y de otro lado, presentan efecto analgésico (al parecer reducen la disponibilidad del mensajero químico del dolor, denominados sustancia P) que se utiliza en tratamiento postoperatorio tras amputaciones y en caso de artritis.
Además, también forma parte de bálsamos para pieles irritadas por soriasis y herpes.
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