¡Los Ángeles tan revulsiva y seductora!
Charles Bukowski allí estudió, trabajó, visitó cientos de bares, leyó bibliotecas enteras, escribió mucho, se emborrachó más, conoció sitios, personas, vivió y murió.
Las novelas Mujeres, El Cartero y Factótum trascurren allí. Su manera de ver las cosas, en su literatura, está atravesada por esta ciudad, tan cosmopolita, tan generosa y hostil a la vez.
Jack Keruak decía que L.A. es una verdadera selva- la vuelve un escenario perfecto para una buena novela negra.
Raymond Chandler publicó en 1939 El sueño eterno . Un detective, un misterio, sexo, drogas, problemas.
Norman Mailer también estaba fascinado con esta ciudad. Cuando la quiso definir, usó palabras precisas y muy poéticas, que muchos interpretaron como peyorativas: "es una constelación de plástico".
Sin embargo, esa negatividad que muchos apreciaron, no era sino su exacto opuesto: una verdadera positividad, una metáfora que hablaba de Los Ángeles como un lugar profundamente literario.
La ciencia ficción recurre a ella:
Christopher Isherwood publicó Un hombre soltero en 1964 y es una de las primeras historias que ponen a la cuestión de la liberación gay en el centro de la escena; y sucede en L.A.
Como también Lloyd Wright decía:
"Inclina el mundo a un lado y todo aterrizará en Los Ángeles".
Quizás, su referencia,como arquitecto, tenía que ver con ese embudo de ideas, movimientos e identidades que decanta en esta ciudad que contiene, como un barrio exótico, a Hollywood, el distrito donde están los principales estudios de cine.