LA FILOSOFÍA es un saber transversal a las diferentes ciencias, ideologías, credos y culturas, ya que anida en la universal capacidad del ser humano para reflexionar sobre todo lo que le rodea y también sobre sí mismo.
Esta dimensión reflexiva y autorreflexiva es más necesaria que nunca frente a la actual aceleración de la vida cotidiana y a una tecnología que nos absorbe.
Este “amor a la sabiduría” (su significado en griego) puede ayudar a superar condicionamientos y manipulaciones y contribuir a hacer más auténtica y justa la vida humana. La filosofía no es un lujo, sino un aspecto fundamental de nuestra existencia al que no podemos renunciar.
Estimula el pensamiento crítico e independiente y es
capaz de trabajar en aras de un mejor entendimiento
del mundo, promoviendo la paz y la tolerancia.
Proporciona la bases conceptuales de los principios y
valores de los que depende la paz mundial:
- La democracia
- Los derechos humanos
- La justicia
- La igualdad.
Además, ayuda a consolidar los auténticos
fundamentos de la coexistencia pacífica y la
tolerancia.
Nos enseña a reflexionar sobre una infinidad de
cosas, a cuestionar continuamente verdades ya
establecidas, a verificar hipótesis y a encontrar
conclusiones.
Importante recordarla para el desarrollo del pensamiento y la formación de las nuevas generaciones.
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