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Este espacio de reflexión

martes, 19 de septiembre de 2017

GUARDIANES Y BANCOS DE SEMILLAS













Los guardianes de semillas se reparten por el mundo en una tradición silenciosa que hay que salir a buscar. 
No es lo mismo ser campesino que cuidador. Estos últimos guardan ritualmente los ejemplares como si fueran reliquias. No usan productos químicos y cada uno tiene sus propias leyes de conservación. La idea no es retener los granos, sino que estos circulen libremente por el mundo, sin necesidad de lucrar con ellos. Son solo custodios y, aunque se desvivan por reproducir semillas ancestrales, saben que no son sus dueños.
Protegen las pipas o semillas de los productos que ellos mismos cultivan en bolsas de géneros o frascos de vidrio. 

Se puede hacer en bolsas que cuelgan de perchas y, para evitar que lleguen plagas, a veces se les pone pimienta molida, ajo o cenizas de los fogones. 
Es preferible la oscuridad y alejar sus ejemplares de la humedad y, por sobre todo, revisar cada cierto tiempo que estén libres de bichos.
 “La solidaridad de hacer crecer una semilla y traspasarla es algo que me da fuerzas porque yo se la doy a otras mujeres, para que nunca digan que no podemos porque, si tenemos tierra y semillas, ya no falta el alimento”.










¿Por qué un banco de semillas? Por múltiples razones. 



  • Porque la biodiversidad alimenticia está decreciendo; según las Naciones  Unidas, durante el S.XX, el 90% de las variedades agrícolas están dejando de ser utilizadas, además el 75% del alimento del mundo está en manos de 4 empresas, que en términos numéricos significa que 3 de cada 4 semillas pertenecen a Monsanto, DuPont, Syngenta, y Groupe Limagrain. Además, la mayoría, sino todas las semillas que venden están modificadas genéticamente, ya que ahí está su negocio, en patentar la naturaleza modificada genéticamente, ya que si no es MGO no puede patentarse ya no hay tanto negocio. Además del negocio, también está el control de la población a través del control de la alimentación. Si volvemos a tener semillas, volvemos a tener el control y la soberanía sobre una necesidad básica, la alimentación.


  • La crisis económica en la que estamos puede llegar a una crisis alimentaria. Por lo tanto, tener semillas en un futuro próximo puede ser como tener oro, tanto para intercambiar como para poder cultivar nuestra propia comida.


  • La cuestión de una crisis natural provocada por una tormenta solar o cualquier calamidad provocada por el ser humano en su afán por dominar y seguir en el poder. En tal caso, es muy conveniente tener semillas guardadas y saber en la práctica cómo cultivarlas. De lo contrario tenemos un serio problema de supervivencia. 

Para los que todavía no lo saben,se ha construido un banco de semillas, en Svalbard es un árido trozo de roca reivindicado por Noruega y cedido en 1925 por un tratado internacional, en el Mar de Barents cerca del Océano Ártico, a unos 1.100 kilómetros del Polo Norte. 



  • La importancia que tiene conocer la naturaleza de nuevo. Entrar en contacto con las semillas, la tierra, los ciclos de crecimiento y naturales, con los insectos y animales. Esta sociedad urbana y tecnócrata nos ha desconectado de la Naturaleza, parece como si ésta estuviese ahí fuera, cuando estamos y formamos parte de ella. Es una manera de desconectarnos de nuestra fuente y potencial interno.


 

 

¿Qué bancos de semillas existen actualmente?


En total, se han contabilizado 1.300 almacenes en el mundo, con seis millones de muestras recogidas
En España :
  • 3 bancos nacionales de germoplasma de hortícolas. 

                      Dos de ellos, en Valencia y Zaragoza, son bancos activos: dan 
                      y reciben semillas. 
                      El de Alcalá de Henares, sin embargo, es un centro de base,
                      quiere decir que su misión es exclusivamente la de conservación.


  • El Centro de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana de la Universidad Politécnica de Valencia (COMAV).
  • Ell Centro de Recursos Fitogenéticosdel Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), ubicado en la finca La Canaleja en Alcalá de Henares. Aquí se guardan duplicados de seguridad de todas las colecciones activas de semillas de la red española.
  • El Banco de Germoplasma Vegetal de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid.Creado hace 40 años por el profesor César Gómez Campo. El sistema implementado por el profesor Gómez Campo basado en la deshidratación de las semillas con gel de sílice y en la utilización de recipientes herméticos ha demostrado ser muy eficaz, ya que las pruebas de germinación realizadas al cabo de 40 años mostraron que las semillas tenían una viabilidad de casi el 100%. En el banco de semillas de la UPM se utilizan envases de vidrio cerrados a la llama, con lo que la hermeticidad es segura. Conserva unas 10.0000 accesiones de semillas, fundamentalmente de especies endémicas y amenazadas de la Península Ibérica, las islas Baleares y la región Macaronésica, y de especies de la familia Brassicaceae (la familia de la col).


En Euskadi, el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, perteneciente al Gobierno Vasco, también ha hecho sus pinitos con la puesta en marcha hace unos años de un banco de semillas exclusivamente de maíz. 

El catálogo de plantas de interés alimentario supera las 20.000. Sin embargo, tan solo 200 pueden considerarse como cultivos importantes, de las cuales la mitad se comercializa a escala internacional.La entidad va más allá: sólo veinte cultivos representan el 80% de la alimentación mundial, diez de ellos alcanzan el 66%. Trigo, arroz y maíz acaparan por sí solos el 41,5% de la producción mundial.

En Gran Canaria, Tenerife y La Palma.

En su casa de Los Valles, Desde 1993,Hortensia Pérez custodió el trigo como si fuera una piedra preciosa. Con su paja ha tejido resistentes y flexibles empleitas para fabricar sombreras y esteras. 
La gente de Tao fue la última que cultivó el lino textil, cuya semilla servía para limpiarse los ojos de los picos que de vez en vez caían al recoger tunos. Humedecido el mucílago al contacto con el ojo, la semilla genera una mucosidad que arrastra los pinchos.

En Galicia:

Rede Sementes de Lugo es una hormiga frente al gigante de las patentes, que trabaja sin descanso para conseguir su objetivo: recuperar las semillas que utilizaban sus abuelos, y tratar de desvincularse de la soga de la multinacional que controla este campo. 
Una treintena de personas, con huerta y con interés en una alimentación sana, se han unido para recuperarlas e intercambiarlas. No hay dinero por medio en esta iniciativa que también ha incorporado las plantas de frutos rojos y de púas para injertar frutales. 
Sus integrantes se reúnen dos veces al año para compartir semillas, conocimientos sobre cultivos y cómo combatir plagas de forma natural.
El tamaño de la cosecha no importa, lo que realmente consideran relevante es recuperar los sabores perdidos y llevar a sus mesas productos sanos sin manipulación genética y libres de productos químicos.




En Chile:
Para obtener las semillas los guardadores hacen intercambios informales, pero también participan en una de las tradiciones más importantes: los Trafkintü que en mapudungún significa intercambiar. 

Se trata de una instancia en que se traspasan y se recogen semillas. Hay Trafkintü masivos y otros organizados por algunas personas que se pasan el dato de boca en boca. 
Se hacen en casas o sedes sociales. Y ninguna semilla se vende, solo se regalan o intercambian. 

Siempre, después de los Trafkintü, viene el Misagün, que significa compartir. Ahí los participantes traen platos cocinados con las semillas que han cultivado

Y por todo el mundo...

¡Ubuntu!






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