En “La tiranía del débil” nos encontramos con un minielepé, insuficiente
ante el ansia de contar con nuevas canciones de Arronte y más aún tras
escuchar lo excelente de su propuesta. Y es que si hay que colocar algo
en el “debe” de este disco es su corta duración.
Raúl Bernal,
acompañante habitual de José Ignacio Lapido, se encarga de la producción
y la dirección musical y aprovecha para alejar ligeramente al titular
del pop y acercarlos a texturas neo folk.
Bernal huye de la desnudez
instrumental, aspecto que deja a las espléndidas letras de Luis, para
centrarse en vestir de forma adecuada unas canciones frágiles que
parecen a punto de derrumbarse en su ternura, a veces cruel.
Para ello
da protagonismo a un piano que él mismo se encarga de tocar y recurre a
músicos amigos para un buen trabajo de guitarras y una base rítmica que
cuando aparece y desde la sutileza consigue convertirse en parte
esencial de canciones como ‘E.F.’ o ‘Piedras’.
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